jueves, 14 de junio de 2012

Mi pequeña niña...mi gran mujer

Te contemplo mientras duermes y desearía volver a acurrucarte como cuando eras un bebé. Me vienen a la mente recuerdos maravillosos de cuando eras poco más grande que la palma de mi mano, y disfrutaba de tu dulce carita y de tu sonrisa angelical mientras dormías. Eras preciosa, tan pequeña, tan perfecta...Parecía que el tiempo se había detenido, que aquel bello sueño nunca acabaría, que siempre podría tenerte así, acurrucadita junto a mi pecho, sonriendo feliz...
Han pasado casi 12 años, el tiempo ha pasado sorprendentemente deprisa, y mi niña ha dejado de serlo, mi gusanito de seda ha salido ya de la clisálida convertida en una preciosa mariposa. Sí, ya eres una mujer. Tu cuerpo me lo dice, así como tus ganas de crecer, aunque me gusta ver que conservas un hilito de inocencia infantil, que te hace más hermosa y adorable si cabe.
Poco a poco veo como cada vez me necesitas menos. y eso me llena de orgullo, pero a la vez me entristece, no quiero que te alejes de mí, quiero seguir siendo un pilar importante en tu vida, en tus decisiones,...quiero estar a tu lado siempre, por muy lejos que estés, quiero que cuando tus fuerzas decaigan, cuando te sientas sola, cuando creas que no vas a ser capaz de lograr algo en la vida,...quiero que mires a tu lado, ahí estaré yo contemplándote con orgullo, igual que hago ahora mientras duermes, quiero que siempre sientas mi presencia, mi apoyo...
Empiezas una nueva etapa, más complicada, llena de inseguridades, pero ahí estaré yo, como siempre, al pie del cañón, para escucharte, para ayudarte, para darte ánimos...para recordarte lo importante que es el amor de madre.
No olvides nunca que estoy muy orgullosa de tí, porque eres un ser excepcional, y tienes muchísima belleza que mostrar al mundo.
Suerte en esta nueva etapa de tu vida, en la que tus decisiones y tus actos van a jugar un papel muy importante...
Te quiero hija mía