Casi 4 meses desde que decidiste partir a un mundo mejor...casi 4 meses de cambios, de esfuerzos por mantener vivo el legado que dejaste...
Casi 4 meses después, hoy he vuelto a entrar en ese templo en el que permanece latente tu esencia...todo es muy diferente...a pesar de los esfuerzos, tu esencia está, pero miro a mi alrededor y lo veo todo tan diferente que me abruma...
Llega el momento de la eucaristía...la primera eucaristía que presencio desde tu marcha...y me siento realmente débil, pero me propongo por tí y por los míos hacer el esfuerzo. La verdad que dejaste el listón muy alto, pero escogieron con mucho acierto a quien debía ocupar tu lugar...es sorprendente, lo hace muy bien...pero no eres tú, y el Padre Nuestro suena tan diferente...No he podido evitar llorar, porque rezando el Padre Nuestro en mi mente retumbaba la hermosa canción con la que compartíamos el momento más emotivo de cada eucaristía. Creo que el Padre Miguel se ha dado cuenta...y me ha sonreído...transmite mucha ternura. Seguro que tú que lo estás viendo desde tu bello trono estás contento...aunque supongo que también estarás enfadado conmigo por no seguir con la labor que tú proponías...pero es que no puedo, se me hace muy cuesta arriba...Espero que me sepas perdonar por ello...supongo que con el tiempo este nudito que me aprieta en el pecho cada vez que entro en la Parroquia (nuestro Templo como lo define el Padre Miguel) se irá aflojando...pero mientras tanto...no te enfades conmigo por no ir...poco a poco...
Las niñas también han notado tu ausencia más que nunca...
Ojalá esto fuera una carta en la que me pudiera despedir con un "Vuelve pronto...te echamos de menos"...pero lamentablemente no lo es, y me tengo que conformar con despedirme diciéndote que sigues presente en nuestros corazones, cada día, cada fiesta, cada acontecimiento importante.
Perdóname si te he decepcionado, por no ser tan fuerte como creías...la pena me supera.
Aún así, como todas esas tradiciones que tú nos has enseñado, he comprado mi pan para que me lo bendijeran por la festividad de San Blas...pan para compartir con mis seres queridos...y como tú decías al finalizar la eucaristía "Así sea".